viernes, febrero 15, 2008

Mar maldito



Intentaba reconstruir una y otra vez el castillo, pero el mar irremediablemente estiraba su brazo espumoso y lo derrumbaba.

Estuvo en ese transe durante horas, sin reflexión alguna, aferrada a la idea de que lograría salvarlo. Enterraba sus manos en la arena y cavaba con toda la rapidez que podía para levantar la muralla que duraría segundos antes de que el agua volviera a tragarla. No había tiempo para detenerse…seguramente sus uñas estaban negras, con granos de arena dolorosamente infiltrados más arriba de lo que permite la parte despegada de la carne. Pero ella no cejaba porque había armado un castillo y eso era lo que defendía. Una y otra vez alzaba los brazos, agitaba el balde, volcaba la pala sin éxito.

En ningún minuto pensó que el problema radicaba en el lugar donde emplazaba su obra de arte. ¿Nunca nadie le dijo acaso que torre que se hace a orilla de la playa se la lleva la marea? Evidentemente nadie se lo explicó ni iba a decírselo tampoco, ni siquiera su madre que monitoreaba de reojo sus movimientos, sólo con la atención necesaria para salvaguardarle la vida, pero no suficeintemente como para inmiscuirse en tal dilema.

Esperábamos, entonces, que llegara a concluirlo (al fin y al cabo una deducción como esa era posible a los 7 años). Pero no lo hizo, estaba en la acción y en ella se hundía sin ningún destino.

Cuando perdía la paciencia corría hacia adentro, volvía, exclamaba mirando al cielo y gritaba: ¡mar maldito! Era él quien tenía la culpa de su fracaso.

¡Pobre!- pensamos, no se da cuenta de su responsabilidad en este acto. Era tan obvio que no podría repararlo, así como tan claro fue después que su intención no era hacer arreglo alguno, sino vivir, una y otra vez, el derrumbe de un sueño en ese gesto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial la metáfora. Andaba hojeando la web, con la música y sin prestar mucha atención a nada cuando me ha enganchado tu cuentito. Chau, nos vemos. Enhorabuena

Anónimo dijo...

MAR MALDITO!