No he aprendido a vivir mejor, sólo encontré una manera de explicarlo. Con la convicción de haber recorrido un camino me erguí heroica a ganar batallas, que por cierto, es para lo único que he servido con éxito. El problema es el objetivo: sortear los obstáculos que uno mismo pone, los mismos, los mismos, los mismos.
Nada ha cambiado y es lo más doloroso del palo que recibo. Me asfixia, me rompe las costillas, me pone el pie en el rostro, me lastima. Es la tía aquella la torturadora, el recuerdo cruel y descalificador. Y ahí estoy yo, a la deriva del humor de cualquier psicópata. ¿Crees que no lo sé?.
El peor error es ese sentimiento de mierda, aspiracional.
La Fabiola siempre está deseando -dice una amiga. Y es un problema.
Ya no quiero buscar más soluciones, ni planes alternativos.
De nada me sirve nada, ninguna de las razones que hasta ahora he sostenido!
Hoy sí me vendría bien una gripe bien grande, un hospital, un respirador artificial, un manto oscuro.
Nada ha cambiado y es lo más doloroso del palo que recibo. Me asfixia, me rompe las costillas, me pone el pie en el rostro, me lastima. Es la tía aquella la torturadora, el recuerdo cruel y descalificador. Y ahí estoy yo, a la deriva del humor de cualquier psicópata. ¿Crees que no lo sé?.
El peor error es ese sentimiento de mierda, aspiracional.
La Fabiola siempre está deseando -dice una amiga. Y es un problema.
Ya no quiero buscar más soluciones, ni planes alternativos.
De nada me sirve nada, ninguna de las razones que hasta ahora he sostenido!
Hoy sí me vendría bien una gripe bien grande, un hospital, un respirador artificial, un manto oscuro.