sábado, abril 21, 2007

Histeria de amor


Cuando me dices que no, entierras una daga en mi corazón.
Quisiera fuera al estilo del bolero más cebolla, uno de Manzanero pero es peor porque me hundo en un antiguo viaje.
Ahí no es el drama pasional el que me mata, si no cada uno de los cadáveres que he dejado en el camino. Es la vieja convicción de que siempre volveré al mismo sitio, porque haga lo que haga, nunca alcanza... sólo para una histeria de amor.

sábado, abril 14, 2007

Memoria


La memoria me trae problemas frecuentemente.
En una dimensión, tengo que lidiar con todos aquellos registros grabados a hierro caliente, muchos de ellos que a menudo me hacen trastabillar. Ahí, la memoria me friega, es imposible desconocerla y hay que buscar estrategias para vivir con las marcas, aceptarlas, exhibir las cicatrices y agarrarles cariño, como compañeras de camino que nunca dejarán de estar.

En otro plano, en cambio, la memoria ha desaparecido. Toda la información que he recibido a lo largo de mi vida se ha sumergido en un mar desordenado de vaguedades. Jamás puedo recurrir de manera rápida a un contenido que quiero citar. No sirven de nada los libros leídos, las películas vistas, los conocimientos adquiridos, a menos de que sean muy, pero muy significativos.

Mi memoria es una maldita idiota que sólo guarda lo que me hace sentido, y parece ser muy poco.

Carezco de catálogos mentales, de cajoncitos ordenados para guardar la información. Debe ser un castigo a la pedantería, o una manera de estar afuera de la tertulia, al margen de la conversación...

No sé.... pero no se fíen de mí porque de un segundo a otro puedo perder el hilo del tema que estamos hablando y quedar atrapada en un gesto que nada tiene que ver con el contexto.

No se fíen de mí porque puedo olvidarlos, y entonces ustedes sí recordarán que yo sólo guardo lo que me es significativo.

domingo, abril 08, 2007