domingo, febrero 11, 2007

Para Deeply

Vivir y no sentir la vergüenza de ser feliz.
(Vinícius de Moraes)

viernes, febrero 02, 2007

Él, Ella y Yo (y la sonrisa de Antonia)

Pudo ser peor, pero aún sonreírnos ante la sorna con que nos trata la vida. Ante la sorna con que tratamos nuestras vidas.

Ella me mira, seria, herida, no puede controlar el semblante. Yo le sonrío con solidaridad femenina y pienso:- "No es nada personal, querida. En otra circunstancia hasta hubiésemos sido amigas".

Luego ella sonríe y se escuda en los arrumacos de su hija Catalina.

Ese que es el padre tiene sonrisa de cobarde. El gesto de sus cejas da explicaciones por el "error" cometido, por el engaño, por el abandono del que es autor.

Yo sonrío impecable e implacable. Porque no debo nada y me deben todo.

Antonia es la única que sonríe genuinamente. Tiene derecho y lo disfruta. Ha esperado demasiados años para ese momento y no hay nada que pueda interferir con su deseo.

Nada, ni nuestras tensas muecas, ni nuestra torpe conversación para salir del paso.

Estamos ahí parados frente al Sr. del Consulado. - "Yo soy el padre y ella es la madre de la niña"- le dice Él al funcionario. "Somos los padres"- repite, y yo respiro profundo porque cada cosa ha vuelto a su lugar.