jueves, diciembre 07, 2006

Soberbia


Nunca le pido nada a Dios, entre otras cosas, porque no me concede lo que le pido. Mas bien, yo no le concedo a él la posibilidad de hacer mis deseos realidad así gratuitamente, sin mérito alguno.
La verdad, no creo en dios, no le miro, ni le pienso desde mis tiempos de adolescencia.
Y tal vez sea esta cuota de soberbia la que me tiene exausta por estos días. Habiendo jugado tanta energía, estrategia y argumento, convencida de que las cosas cambiarían, como si de mérito se tratara, como si fuera -en palabras de mi amiga Mel- que la vida da cuando uno pide.

Pero aún estoy aquí en los mismos lugares, con los mismos sentimientos y pensando, ahora sí, en que lo que hago no basta, anhelando una ayudita externa de la suerte o algún santo. Estoy errando a pesar de mi esmero. Así que dios, si no vas colaborar, al menos mantente al lado del camino. Si cambias de parecer, entonces, dame un milagro para empezar otra vez.

3 comentarios:

De paso dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
De paso dijo...

Cómico que por estos días ando rezando como nunca o como hace mucho no lo hacía. Por allá por los precipicios de los 17???

A veces esto de andar de agnóstica agota. Esto de creer que la vida es tan inmensa y proveedora, sin poder enfocar la necesidad en lugar alguno. Y recé. Porque estaba cansada. Porque en el fondo me criaron cristiana y el romanticismo ahí se me quedó, tatuado. Negar una 'verdad' no significa que sea mentira, me dice el alma. Entonces, al menos, agradezco.
Ah. Por ahí me decían que hay que saber pedir. Eso es un intento de defensa de mi frase. ja!

Fazdelatierra dijo...

Mire, andábamos en lo mismo. Yo también tengo un antiguo lugar creyente del que por estos días recién me he acordado.
Dios!!!!no hagas que me olvide.